La menor presencia de mujeres en la ciencia tiene un alto coste económico, social y de igualdad
Fecha: 11 Feb 2021
11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
► UGT, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, recuerda que la plena equiparación de género en la ciencia y en la tecnología nos beneficia a todos, la economía y la sociedad, en general. Lo contrario es ir contra el progreso y la igualdad.
► Insta a que la Alianza STEAM por el talento femenino, para promover la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas entre las alumnas, a la que UGT se ha adherido y ha hecho aportaciones, dé un paso más allá y se vincule al mundo laboral. En este sentido, apela a una verdadera unidad de acción por la igualdad de género en los ámbitos científicos, de investigación y tecnológicos.
► El sindicato pone de ejemplo lo que ocurre con las TIC. Las mujeres hacen menor uso que los hombres y, están infrarrepresentadas en la Universidad (solo suponen el 12,3% del alumnado frente al 17,4% en países como Alemania, Francia e Italia). Una brecha que repercute en el mundo laboral donde la ausencia de auténticas políticas de igualdad de género en las empresas acaba exacerbando esta brecha.
► UGT propone entre otras medidas: elaborar un plan integral de políticas públicas y gubernamentales que acaben con este desequilibrio, como parte integrante de un gran Plan Transversal de Igualdad; iImpulsar la educación en nuevas tecnologías desde edades temprana y acercar la realidad de la tecnología y de las empresas a los centros educativos.
La mujer sigue estando apartada de los terrenos científicos y tecnológicos. A pesar de que, año tras año, organizaciones de toda índole señalan esta circunstancia, son pocas las que realmente actúan al respecto, proponiendo y actuando.
El progreso en igualdad de género, tanto en la ciencia como en la tecnología, es prácticamente nulo, cuando no se registran retrocesos. Así, los tres ejes sobre los que gravita dicha perspectiva de género (brecha digital de la ciudadanía, presencia de la mujer en la academia y equilibrio laboral en la configuración de las plantillas) permanecen anclados en una inadmisible inequidad.
Así, los avances en conectividad se ven empañados por una segunda brecha digital vinculada al uso de la tecnología: las mujeres presentan un menor aprovechamiento de las TIC, desde herramientas básicas como el correo electrónico (lo utilizan un 4% menos que los hombres), hasta las más avanzadas, como el uso de la nube (un 6% menos). Esta deficiencia alcanza a aplicaciones cada día más esenciales, como la banca electrónica (-4%), especialmente en las zonas rurales, lo que acrecienta aún más las desigualdades que sufren las mujeres del ámbito rural.
Desde un punto de vista agregado, las mujeres con habilidades digitales bajas son un 4% más numerosas, y aquellas que no acreditan ninguna competencia informática son un 5% más que los hombres.
Este gravísimo diferencial es el fruto de décadas de dejadez por parte de las Administraciones Públicas, legisladores y patronales; pero tampoco el presente inmediato permite mucho lugar a la esperanza.
En el terreno puramente educativo, donde tanto la iniciativa privada como la pública tiene mucho que decir, el desequilibrio es alarmante: solo un 2,4% del total de mujeres universitarias están cursando estudios relacionados con las TIC y únicamente un 12,3% del alumnado de estas especialidades es mujer.
La comparación internacional revela el fracaso de las políticas de inclusión de género en este apartado: el conjunto de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia prácticamente dobla el número de universitarias en estas carreras, alcanzando el 17,4% del alumnado egresado, más de cinco puntos que el caso español. Sus decididas políticas de género, implantando acciones positivas, ha conseguido revertir el legado.
Como cabe esperar, esta infrarrepresentación en el terreno educativo acaba alcanzado al laboral, donde la ausencia de auténticas políticas de igualdad de género en las empresas acaba exacerbándola. Así, mientras que en las AAPP casi se alcanza una paridad entre los equipos investigadores, en la I+D empresarial siete de cada diez investigadores y personal técnico son hombres.
Además, no estamos ante una tendencia del pasado: entre 2019 y 2020, en número de empresas que contrataron a mujeres especialistas en TIC descendió un dramático 10% en todo el país. Todas las empresas, con independencia del tamaño, contrataron a menos mujeres profesionales en nuevas tecnologías que en el año anterior para, finalmente, encontrarnos con que el número de empresas con plena paridad de género en este tipo de perfiles descendió a un mínimo histórico del 6%, desde el 9% de 2018.
Las empresas deben cejar en su empeño de buscar excusas y falsos pretextos; olvidar el marketing hacia fuera y volver la mirada al interior, puesto que los datos no pueden ser más elocuentes: en 2020, el 71% de los empleados de empresas tech europeas considera que el ecosistema tecnológico europeo no ofrece una verdadera igualdad de oportunidades a las mujeres. En el último año, un 42% de las mujeres ha experimentado alguna forma de discriminación en su trabajo. Y si se analizan las políticas de contratación de dichas empresas, solo el 5% de las ofertas de empleo se identifican como vacantes disponibles para mujeres.
UGT considera que ha llegado el momento de que las organizaciones empresariales reflexionen y pongan en marcha las negociaciones colectivas precisas para conformar eficaces planes de igualdad, con la corresponsabilidad y la conciliación como ejes fundamentales.
Y todo esto ocurre cuando cada vez más estudios afirman que la plena equiparación de género en la ciencia y en la tecnología tendría beneficios económicos para toda nuestra sociedad, de hasta varios puntos de PIB y miles de millones de euros anuales.
UGT se suma a la Alianza STEAM por el talento femenino
La Alianza STEAM por el talento femenino, a la que UGT se ha unido, acierta en la valoración y plantea medidas de calado, integrales, transversales y con efectos a largo plazo. Pero, lamentablemente, deja fuera de su radio de acción un aspecto fundamental: el relacionado con el factor trabajo.
Así esta Alianza para promocionar el talento femenino en las disciplinas de Ciencia y Tecnología, que integra entre otros al Gobierno, las Administraciones, empresas, organizaciones de la sociedad civil, como los sindicatos, centros educativos y medios de comunicación, deberá complementar su acertado diagnóstico, y sus ambiciosas medidas de acción en el terreno de la educación, con otras complementarias en el terreno laboral. En caso contrario, se corre el peligro que dichas medidas acaben siendo fútiles.
La pandemia ha sido claro ejemplo de la necesidad de invertir en Ciencia y Tecnología, fundamentales para la economía y la sociedad. No potenciar la participación de las mujeres en este terreno es desperdiciar un talento necesario y fundamental para nuestro país. Si continuamos con esta infrarrepresentación de las mujeres en el ámbito laboral tecnológico, no solo corremos el riesgo de construir un futuro injusto, sino que además podemos retroceder años en todo lo conseguido.
Algunas de las propuestas de UGT
UGT ha aportado distintas propuestas o actuaciones, referidas sobre todo al ámbito tecnológico. En este sentido, destaca la necesidad de elaborar un plan integral de políticas públicas y gubernamentales que acaben con este desequilibrio en el ámbito de la tecnología, como parte integrante de un gran Plan Transversal de Igualdad, que abarcase a todos los sectores económicos, industriales y sociales y que contenga las siguientes medidas:
- Poner en marcha campañas en escuelas y centros docentes para promover la participación de las jóvenes en la era digital y mejorar la imagen del sector entre los padres, con el objetivo de animar a las niñas a estudiar y trabajar en tecnología. El reto es enterrar ideas preconcebidas y promover entre progenitores y niñas los beneficios de trabajar en el sector en comparación con otros sectores (por ejemplo, las bajas tasas de desempleo y la menor exposición al despido).
- Impulsar la educación en nuevas tecnologías desde edades tempranas, antes de que cualquier sesgo de género se haga presente. A medida que se escala por los itinerarios formativos reglados, se hace preciso conformar medidas de acción positiva que favorezcan la entrada de mujeres en estos sectores clave de la economía. Un claro ejemplo a seguir son las becas para mujeres en ramas de estudios STEM y en ciertos grados de FP, pero siempre con la vocación de hacerse mucho más multitudinarios y con continuidad a largo plazo.
- Acercar la realidad de la tecnología y de las empresas a los centros educativos, promoviéndose visitas a centros tecnológicos, empresas innovadoras o industrias del conocimiento, que destaquen por su carácter rupturista e innovador. Sin lugar a dudas, estos acercamientos deben continuar hasta la Universidad, que debe optimizar necesidades del mercado de trabajo con itinerarios formativos, con la mirada siempre puesta en respetar el adecuado equilibrio entre hombres y mujeres.
- Diseñar campañas desensibilización públicas y universales, de carácter estatal y transversal, en medios de comunicación de masas, como TV, radio o Internet, que aporten mayor visibilidad y espacio a las mujeres del sector, animando y destacando su aparición en eventos públicos relacionados con las TIC.